Cuenta mi viejo sobre el servicio militar obligatorio (Junio 1981):
"Nos presentamos por la convocatoria en el Regimiento de La Plata. Nos dijeron que íbamos a quedar en el Regimiento 7 de esa ciudad. Volvimos y avisamos a nuestras familias. Al día siguiente teníamos que presentarnos para quedarnos. Nos hicieron formar fila y agarraron los documentos al azar, llamaron a mas de la mitad de los presentes y nos subieron a un tren. Terminamos en Campo de Mayo. Estuvimos horas incomunicados hasta que un oficial, riéndose nos dijo 'ustedes, se van al sur'. Nos hizo levantar y nos llevaron a la estación otra vez. Empezamos a escribir cartas antes de subir al tren y se las dábamos a los transeúntes, pidiendo que por favor las mandaran a nuestras familias, las dejaran en el buzón. Estaban escritas con desesperación porque no sabíamos nada. Mandé diez y solo una llego. Decía "Creo que me voy al sur". En Palomar nos subieron a un Hércules, sin asiento. Había mucho silencio que se quebraba por el llanto de algún compañero. Terminamos en Río Gallegos".
Ya es demasiado abuso obligar a alguien a hacer el servicio militar. Y generar esa situación que puede terminar en un chiste pésimo. Me refiero a que una familia decide un día ir a visitar a su hijo en el Regimiento 7 de La Plata y le dicen que nunca entró como recluta, lo mínimo que piensa esa gente es que su hijo esta desaparecido. Y no eran buenas épocas para hacer esos chistes.
Mas irónico aun, es que los que quedaron en el Regimiento 7 de la Plata fueron los primeros en ir a la guerra de Malvinas en Abril del 82. Los que fueron al sur y estaban acostumbrados al clima y mas próximos a la zona de conflicto sufrieron la incertidumbre, pero escaparon. Cuantos jóvenes habrán salvado su vida y cuantos la habrán perdido, por el caprichoso azar de un oficialoide que sin saberlo cumplió los designios de whisky.
"Nos presentamos por la convocatoria en el Regimiento de La Plata. Nos dijeron que íbamos a quedar en el Regimiento 7 de esa ciudad. Volvimos y avisamos a nuestras familias. Al día siguiente teníamos que presentarnos para quedarnos. Nos hicieron formar fila y agarraron los documentos al azar, llamaron a mas de la mitad de los presentes y nos subieron a un tren. Terminamos en Campo de Mayo. Estuvimos horas incomunicados hasta que un oficial, riéndose nos dijo 'ustedes, se van al sur'. Nos hizo levantar y nos llevaron a la estación otra vez. Empezamos a escribir cartas antes de subir al tren y se las dábamos a los transeúntes, pidiendo que por favor las mandaran a nuestras familias, las dejaran en el buzón. Estaban escritas con desesperación porque no sabíamos nada. Mandé diez y solo una llego. Decía "Creo que me voy al sur". En Palomar nos subieron a un Hércules, sin asiento. Había mucho silencio que se quebraba por el llanto de algún compañero. Terminamos en Río Gallegos".
Ya es demasiado abuso obligar a alguien a hacer el servicio militar. Y generar esa situación que puede terminar en un chiste pésimo. Me refiero a que una familia decide un día ir a visitar a su hijo en el Regimiento 7 de La Plata y le dicen que nunca entró como recluta, lo mínimo que piensa esa gente es que su hijo esta desaparecido. Y no eran buenas épocas para hacer esos chistes.
Mas irónico aun, es que los que quedaron en el Regimiento 7 de la Plata fueron los primeros en ir a la guerra de Malvinas en Abril del 82. Los que fueron al sur y estaban acostumbrados al clima y mas próximos a la zona de conflicto sufrieron la incertidumbre, pero escaparon. Cuantos jóvenes habrán salvado su vida y cuantos la habrán perdido, por el caprichoso azar de un oficialoide que sin saberlo cumplió los designios de whisky.