lunes, 19 de julio de 2010

En la buena senda

Lo que ocurrió en el Senado el miércoles 14 de julio es trascendente y no vale la pena decir mas, pues ya se dijo mucho. Simplemente en este minúsculo espacio de reflexión y opinión insignificante, no quiero dejar de decir que siento un raro orgullo de ser argentino. Y lo siento raro porque nunca me sentí afín a los nacionalismos o chauvinismos de turno, porque prefiero creer en la única esencia humana. Sin embargo, saber que la Argentina es una de las pioneras en promover y aceptar la igualdad, me llena de satisfacción. Y en este año, tan particular, donde muchos sacan la bandera Argentina porque hubo un mundial (nacionalismo pedorro) o porque fue un aniversario importante en la historia (nacionalismo con marketing), siento que el orgullo de ser argentino en este momento de grandes cambios en favor de la igualdad, es un orgullo legítimo. Y el primer paso de una serie de cambios trascendentes. Sobre esto, como dije se ha dicho mucho. Recomiendo leer las reflexiones de Laura que expresa lo mismo que yo y con palabras similares, o el trabajo siempre admirable de Diego F. que remueve muchas cosas. Y si no les convencen las visiones políticas/sociales les recomiendo esta entrada donde verán una pequeña reseña mística.

Este tema, ha dividido aguas, entre amigos y familiares. Hizo desaparecer muchas caretas y otras caerán a lo largo del tiempo. Como la de quienes decían que la ley no se podía aprobar por falta de regulación en otros ámbitos, por ejemplo. Es de esperarse que ahora que es ley, que vale para todos, en la próxima sesión presentaran cientos de proyectos para regular lo que falta o consideran inadecuado para que la igualdad sea para tod@s. Si no lo hacen, mostrarían la hilacha y harian gala de una gran hipocresia (en verdad ustedes creen que lo harán...? yo no). Si coincido en que habrá cosas que mejorar, como todo. Pero ¡Carajo, que gran paso adelante!

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